Cada vez que se produce la edición
de nuevas historias, crónicas o nuevos "episodios nacionales",
salidos de la imaginación de ese gran creador que es Carlos
Giménez, no puede significar otra cosa que no sea regocijo
entre todos los que amamos las buenas narraciones, los buenos cómics,
las buenas historietas. Con "Paracuellos 4" Giménez
vuelve a crear un nuevo legado sobre sus vivencias en uno de los múltiples
"hogares" de Auxilio Social, de los muchos que hubo desperdigados
por toda la geografía española bajo la supervisión
de Falange, la Sección Femenina u otras organizaciones fascistoides
de la época.
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FIRMES... ¡AR!
Alguien pudiera pensar que este filón,
por antiguo y tratado, debería estar agotado. Verdaderamente
es difícil mantener vivas y atrayentes historias de una saga
que lleva casi 30 años publicándose, fundamentada en
vivencias de hace 50. Sin embargo, quien así pudiera pensar
se equivoca. Carlos es un narrador nato, un guionista excepcional
y un dibujante eficaz, muy expresivo y lo que es más importante:
Un contador de cuentos, como pocas veces ha existido en lengua castellana.
Por ello es difícil que en algún momento de las historias
que cuenta, no surja la GENIALIDAD. Si en Paracuellos 3 la
hayamos en "Cagapoco", en su última entrega se encuentra
en ese tratado de filosofía que es “FIRMES...¡AR!”.
Hace muchos años que ninguna historia, ningun tratado, me habia
motivado tanto para hacerme reflexionar sobre qué es el PODER
y cuales son sus mecanismos para influenciar al ser humano.
“Firmes...¡AR!” es una historieta que trata sobre
el Poder y la degradación del individuo (un niño) bajo
su influencia. En este caso ésta se ejerce sobre niños
condicionados por unas formas externas dictatoriales, que logran transformar
a un niño-héroe, generoso y valiente, en un niño-villano.
El hecho de darle la "vara" con la que poder mantener "firmes"
a sus compañeros, junto con el entorno, generan esa transformación.
Historia que una vez leída conduce a la reflexión y
a la búsqueda de nuevas miradas sobre los clásicos planteamientos
de: el Poder corrompe o sólo corrompe a los corruptos que no
habían tenido acceso a él; a los que se puede añadir:
el Poder siempre conlleva subordinaciones que son caldo de cultivo
para la corrupción.
José "musculines" era un niño generoso, valiente
y ejemplar, hasta que se le da el mando sobre el grupo, dependiendo
del brutal falangista que dirige el "Hogar". Su transformación
le lleva a ser un "abusón" y como él mismo
dice "Pues mejor...¡PORQUE SE PUEDE!”.
Sí "Firmes...¡AR!" es una historia de las que
hay que "enmarcar", el resto de las que componen el álbum
también logran conmovernos. En el fondo no hacen otra cosa
que reflejar la convivencia diaria en el mundo "adulto",
en oficinas, fabricas, universidades, etcétera. Adecuación
del mundo de los niños al creciente egoísmo que la información
dirigida y el vivir de cada día van sedimentando en sus caracteres.
Humanidad a raudales es lo que encontramos, una vez más, en
esta nueva entrega de Paracuellos.
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