Yo soy legión
Nury- Cassaday
Norma editorial. Barcelona, 2005
Viñetas
Si en su momento había celebrado la publicación de un
libro de Feiffer, un autor muy poco editado en nuestro
país, su nueva entrega no me despierta el mismo entusiasmo.
Munro es una suerte de fábula sobre la insensatez de la
guerra y los ejércitos pero, más allá de esas buenas
intenciones, que sospechamos más que entendemos, es muy poco
lo que se nos ofrece. Un relato confuso en el que un niño de
cuatro años es reclutado por error en el ejército. Una
vez allí, nadie hace caso de sus quejas hasta que se pone a llorar
y entonces lo expulsan con todos los honores. No comprendo las virtudes
que sus editores han encontrado en una historia que parece estúpida
de tan simple y con un dibujo que cruza la frontera de lo sencillo para
mostrarse como descuidado y sin interés. Perplejo me he quedado.
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Camina entre nosotros
En esta semana de conmoción por el no francés y holandés,
me parecía adecuado comentar un tebeo europeo, que aquí
es casi lo mismo que decir franco-belga. No llega mucho material a los
quioscos que apetezca comprar. Por supuesto, es posible que me esté
perdiendo alguna obra maestra por fiarme de las apariencias, pero lo dudo.
Toda esta nueva ola cargada de dibujantes que tal parecen expulsados de
algún estudio de animación, con personajes caricaturescos
y narrativa falsamente vibrante, la verdad es que me carga y aburre y
partes iguales. Más cuando tras leer los productos se comprueba
que tampoco los guionistas son mucho mejores. Naturalmente hay excepciones,
como el brillante Senté ha demostrado, pero siempre
el arte es cuestión de individualidades. Y en esto, el tebeo europeo
y americano son lo mismo. Más allá de la industria, existe
el talento, que es el que realmente marca las diferencias.
El álbum que deseaba comentar es peculiar ya que está dibujado
por un autor al que normalmente conocemos como dibujante de superhéroes.
Cassaday es un creador sorprendente, con unos acabados
detallistas y minuciosos, que ahora nos entrega un álbum marcadamente
europeo. Nuestra sorpresa disminuye cuando descubrimos que los Humanoides
están detrás del producto. Y es que hace tiempo que esta
franquicia francesa desembarcó en la costa oeste americana, luchando
por su trozo de pastel multimediático.
Así que es hasta natural que empleen a uno de los dibujantes más
europeos entre aquellos que se dedican al género más americano
de todos. Ya lo habían intentado antes con Travis Charest,
pero su proverbial lentitud fue excesiva, incluso en Francia. Cassaday
cumple con corrección, aunque su narrativa peca de un
minimalismo que puede acabar resultando plomizo.
Más cuando el guión tampoco hace mucho por emocionarnos.
Otra historia de diablos sueltos por la tierra, nazis y espías.
Muchos argumentos en paralelo, personajes sin demasiado carisma y otras
carencias ofrecen como resultado una obra sin demasiado interés
y cuya continuación compraremos por disfrutar del arte de Cassaday
y poco más.
Florentino Flórez
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