RUNAWAYS
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Y VAN TRES Hay una vieja verdad en esto de los tebeos y es que normalmente los compramos por los dibujos. Pero luego lo que mandan son los guiones. Un dibujo agradable nos engatusará la primera vez, pero será la narración la que asegure nuestra fidelidad. Lo cual explica entre otras cosas el fenómeno Manga, con grafismos en más de un caso intercambiables o casi inexistentes de tan funcionales. Pero los guiones... eso es otra historia. Hacía años, desde la desgraciada etapa de Image, que los tebeos americanos atravesaban una franca decadencia. Pero de un tiempo a esta parte, algunos guionistas han acudido al rescate. De la misma forma en que basta con leer los nombres de Warren Ellis o Grant Morrison en las portadas para salir corriendo, otras firmas nos aseguran un mínimo de calidad y garantizan el entretenimiento. Pienso especialmente en Strackzynski y en B. M. Bendis. Algunos añadirían otros autores, como Millar, guionista valorable y que ha vuelto a impactarnos con Se busca. Es ingenioso, divertido y no carece de ideas, aunque a menudo le pierde su voluntad provocadora. Pero hay que seguirle la pista. El citado tebeo es un desparrame nihilista, no apto para almas sensibles. Un valor más seguro me parece Brian K. Vaughan, que nos enganchó a la odisea de Y, el último hombre vivo, una disparatada saga en la que todos los hombres de la Tierra han muerto, menos uno. Un relato posfeminista servido por el narrativo dibujo de Pia Guerra. Le siguieron sus entretenidos argumentos para la serie Pícara y ahora nos llega Runaways. Vaughan ha demostrado su inteligencia y capacidad para atrapar al lector con historias entretenidas y sorprendentes. Runaways parte de una divertida hipótesis. Normalmente, los superhéroes crecen en entornos familiares acogedores, con padres o familiares comprensivos y siempre dispuestos a apoyar a sus excepcionales retoños. El guionista se pregunta qué ocurriría si no fuera así. Si esos niños con capacidades especiales crecieran en familias disfuncionales o, como en este caso, si directamente los padres fueran unos malvados. Algo que se acerca bastante más a la visión que normalmente un adolescente tiene de sus progenitores. El resultado es Runaways, una saga con niñatos sabihondos, chistes inteligentes, hormonas desenfrenadas y dinosaurios. No pierdan de vista el trabajo de Vaughan porque promete. Florentino Flórez
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