Vida de una niña © 2003 El Wendigo. Todos los derechos reservados El © de las viñetas pertenece a sus respectivos autores y/o editoriales. |
Valores familiares Este tebeo autobiográfico gira alrededor de la relación que la autora tuvo, siendo casi una niña, con su padrastro. Es un conjunto de historietas dibujadas en diferentes momentos, la más antigua con dieciséis años, enlazadas por un mismo fondo enfermizo. Todo nos habla de una obsesión que se desea superar, a fuerza de volver una y otra vez sobre ella. Abundan las imágenes escabrosas, incluyendo algunas mamadas o esa viñeta en la que el novio de su madre vomita en la boca de su hermana pequeña; sin duda uno de los momentos más desagradables del tebeo. No es la primera vez que se publica uno de estos
tebeos-terapia. Pero sin duda es uno de los que más descarnadamente
señalan hacia el trauma original, girando obsesivamente alrededor
suyo, con revisiones que van de lo irónico a lo dramático,
pasando por lo teatral y hasta lo morboso. No hay aquí distancia
alguna, Phoebe escupe sus problemas, permitiéndonos echar un vistazo
a un mundo terrible de adolescentes descentrados, donde la cuestionada
familia tradicional ha sido sustituida por nuevos y movedizos modelos
de comportamiento, de insospechadas consecuencias. En fin, el volumen no carece de la autenticidad que esperamos del verdadero arte, pero tiene más de testimonio necesario para mantener algún tipo de equilibrio mental, que de construcción dramática. En pocas palabras, reconozco su honestidad, pero acaba resultando excesiva. Algo similar a lo que nos ocurre con la introducción
de Crumb, donde confiesa que cuando la conoció también él
deseaba someterla a actos degradantes y pervertidos, siendo ella una adolescente
acompañada por su madre. Dado que todo el tebeo nos habla de las
terribles secuelas que los abusos en su infancia provocaron en la autora,
no parece lo más oportuno hacer bromas sobre ello. No sé
si conseguiremos sobrevivir a tanta sinceridad.
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