El arte
Juanjo Sáez
Reservoir Books. Barcelona, 2006
|
Un tipo con estilo
Juanjo Sáez se ha convertido en el chico
de moda. Con su dibujo básico, demuestra por enésima vez
que en el cómic es más importante la voluntad de narrar
que los sistemas de representación clásicos. Él tiene
una indudable fuerza narrativa, otra cosa es si nos interesa o resulta
novedoso todo lo que nos cuenta.
El libro presenta una serie de conversaciones del autor con su madre,
a partir de un supuesto que muchos compartimos. Cuando se acaban los diálogos
reales, continúan en largas charlas imaginarias sobre los temas
más diversos. Abunda en apuntes autobiográficos, expuestos
con ternura y proximidad. La parte de la relación con la madre
se cuenta sin duda entre lo mejor del volumen.
Otro aspecto es el indiscutible ingenio de Sáez. Su aproximación
a muchos de los artistas que repasa es original y sorprendente y algunos
de sus argumentos consiguen nuevas visiones de obras muy conocidas. A
esa chispa hay que sumarle la capacidad para entretener. Aunque algunos
parlamentos interrumpen gravemente el flujo de la narración, sabe
intercalar muy bien las escenas dialogadas y los fragmentos ensayísticos.
Los otros elementos, del estilizado dibujo al texto rotulado, pasando
por el cuidadoso reparto de las escasas tintas, han sido cuidados al extremo
y esconde una gran sofisticación bajo su aparente sencillez.
Otra cosa es su aportación al mundo de la crítica de arte.
En el ámbito anglosajón, no resultan raros este tipo de
productos en los que, entre ironías, se dicen unas cuantas verdades
sobre la deriva artística. En ese sentido el autor se queda un
poco a medias. No le pediremos la sutileza crítica de un Hughes
o un Gombrich, pero sí al menos cierta coherencia
desde el interior de algunas de sus posiciones. Lamentablemente, tras
una aparente fachada rompedora, luego repite los consabidos clichés
sobre la muerte de la representación, la integración del
arte y la vida y la importancia de la intuición. Buen intento,
pero fallido.
No les recomendaría este libro a mis alumnos. Estoy completamente
de acuerdo con algunos de sus hallazgos, pero, según sus propias
palabras, aún le queda mucho por desaprender. Eso sí, le
seguiremos la pista a partir de ahora. Hay talento en su trabajo.
Florentino Flórez
|