Mi mamá está en América y ha conocido a Buffalo Bill
Jean Regnaud y
Émile Bravo

Ponent Mon.
Rasquera, 2008
124 páginas. 18 euros

 

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El © de las viñetas pertenece a sus respectivos autores y/o editoriales.

¡Bravo por Emilio!

Este año tuve la oportunidad de acercarme por el Salón de Anguleme, considerado unánimemente como el más importante salón del comic de Europa. Entre otras muchas cosas, resulta fácil comprobar la buena salud del mercado franco-belga y lo desconocido que todavía permanece por aquí. Algunas editoriales organizaban sentadas de dibujantes, disponiendo a más de veinte alrededor de una mesa, y era habitual que no me sonara ninguno.

Lamentablemente, la cantidad no siempre va unida a la calidad. En los últimos años, pocos son los productos francófonos que han llamado mi atención. Al contrario, han favorecido determinadas opciones estéticas que me repelían, así que mantengo una distancia prudencial frente a sus tebeos.

Sin embargo, ocurre que entre los innumerables premios que se conceden en Anguleme, uno fue a parar a un bonito volumen, Mi mamá está en América y ha conocido a Buffalo Bill. Los agradables colores, la curiosa relación entre texto e imagen, el dibujo a lo Max... no sabría determinar qué fue lo que me atrajo de él, pero decidí echarle un vistazo. Una vez acabada su lectura, corrí a recuperar anteriores obras del dibujante, Émile Bravo. Por un lado, una historieta corta publicada en El Manglar nº 1, sobre el conflicto judío-palestino y por el otro el álbum Los defectos del futuro. Al contrario que en Mi mamá... Bravo firma guión y dibujo de estos dos tebeos y los resultados son más que notables.

Empezando por Ben Qutuz brothers, su reflexión sobre Oriente Medio depara varias sorpresas. Como su espléndido dibujo, humorístico pero expresivo y con unos acabados muy personales. El color, siempre en gamas limitadas que maneja con garra. Y la narrativa, que salta la barrera idiomática, resolviendo los diálogos mediante pictogramas de una claridad asombrosa. Además su punto de vista resulta equilibrado y eso no es tan sencillo cuando se abordan asuntos como estos. Una historieta para recordar.

La misma calidad presenta Los defectos del futuro, un tebeo de aventuras con héroe adolescente, que bebe de las raíces más clásicas, actualizándolas y refrescándolas con humor. Un guión potente y entretenido que, según parece, pertenece a una saga de la que en Francia ya se han publicado varios volúmenes. Aquí nos quedamos en el primero, que es una gozada.

Por último, su colaboración con Regnaud. Quizás su obra más melancólica, aunque no carece de humor. Nos relata la ausencia de una madre, desde la visión subjetiva de un niño pequeño. De nuevo sorprende la fuerza del dibujo de Bravo, su empleo contenido pero muy efectivo del color y la fortaleza de su narración. A pesar de la importancia de los textos de apoyo, la historia se sigue con fluidez e interés. Quizás el final carece de cierta fuerza dramática, pero el relato es emotivo y maneja con delicadeza asuntos dolorosos, sin recrearse en la tragedia. Al contrario, equilibra muy bien las travesuras de los niños con aquellas secuencias en las que los adultos casi desvelan el penoso secreto que se les oculta.

Todos estos son tebeos muy recomendables y yo desde ahora les aseguro que no le perderé la pista al señor Bravo.

Florentino Flórez

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