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¡Bravo por Emilio! Este año tuve la oportunidad de acercarme por el Salón de Anguleme, considerado unánimemente como el más importante salón del comic de Europa. Entre otras muchas cosas, resulta fácil comprobar la buena salud del mercado franco-belga y lo desconocido que todavía permanece por aquí. Algunas editoriales organizaban sentadas de dibujantes, disponiendo a más de veinte alrededor de una mesa, y era habitual que no me sonara ninguno. Lamentablemente, la cantidad no siempre va unida a la calidad. En los últimos años, pocos son los productos francófonos que han llamado mi atención. Al contrario, han favorecido determinadas opciones estéticas que me repelían, así que mantengo una distancia prudencial frente a sus tebeos. Sin embargo, ocurre que entre los innumerables
premios que se conceden en Anguleme, uno fue a parar a un bonito volumen,
Mi mamá está en América y ha conocido a Buffalo
Bill. Los agradables colores, la curiosa relación entre texto
e imagen, el dibujo a lo Max... no sabría determinar qué
fue lo que me atrajo de él, pero decidí echarle un vistazo.
Una vez acabada su lectura, corrí a recuperar anteriores obras
del dibujante, Émile Bravo. Por un lado, una historieta
corta publicada en El Manglar nº 1, sobre el conflicto judío-palestino
y por el otro el álbum Los defectos del futuro. Al contrario
que en Mi mamá... Bravo firma guión y dibujo de
estos dos tebeos y los resultados son más que notables. La misma calidad presenta Los defectos
del futuro, un tebeo de aventuras con héroe adolescente, que
bebe de las raíces más clásicas, actualizándolas
y refrescándolas con humor. Un guión potente y entretenido
que, según parece, pertenece a una saga de la que en Francia ya
se han publicado varios volúmenes. Aquí nos quedamos en
el primero, que es una gozada. Florentino Flórez
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