Guía Visual de la Editorial Bruguera
(1940-1986)
Tino Regueira
Editorial Glénat. Barcelona, 2005.
Viñetas
Norma se anima a editar uno de los primeros trabajos de Georges
Bess. Tras su larga etapa con la versión europea de
El hombre enmascarado, el maestro vuelve a Francia para colaborar
con Alejandro Jodorowsky en
El Lama Blanco.
Paralelamente, a finales de los ochenta, contactan con Hachette
para desarrollar un álbum para niños. En su momento se
presentó acompañado de una colección de juguetes
entre los que destacaba una peculiar cinta parlante. Bastantes años
después nos llega en una reedición con los colores más
oscuros de lo que recordábamos. La ingenuidad de su planteamiento,
tanto en dibujo como en textos, se mantiene, teniendo sobre todo el
interés de toda obra de formación. Confiemos en que le
sigan los trabajos de Bess que aún permanecen inéditos
en nuestro país, de Escondida a Leela y Krishna.
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Bruguera-Glénat
Hace ya tiempo que la filial de Glénat en
España alterna los comics con la publicación de textos teóricos
sobre el medio, en la línea conocida como Viñetas.
Según comentaba Joan Navarro, cabeza de la editorial
en este país, era una forma de situarse en las librerías,
bastante reacias a disponer entre sus estanterías simples tebeos.
Con estos libros de texto sobre tebeos podía levantar una cabeza
de puente a la que seguirían el grueso de sus publicaciones. Ahora
nos llega la última entrega de esta iniciativa, una Guía
Visual sobre la extinta Editorial Bruguera.
El libro hace honor a su título y es escasa la información
que se nos aporta, más allá de los títulos de las
publicaciones y las citas a determinados autores. Se echa en falta un
listado más exhaustivo de los innumerables creadores que participaron
con su talento en esta importante empresa editorial, que decoró
con sus fantasías muchas de las horas de nuestra infancia y adolescencia.
También una mayor precisión en cuanto a biografías,
contenidos y fechas.
Pero, con todo, no nos podemos quejar. El autor plantea un recorrido visual
por las diferentes colecciones Bruguera , parándose aquí
y allá para reivindicar a algunos autores, de los más evidentes,
como Víctor Mora y Ambrós,
a los que quizás no lo sean tanto, como Purita Campos,
la célebre dibujante de Esther a quien premiábamos
con un Haxtur el pasado año en Gijón. También se
detiene en algunas series secundarias, como el Sheriff King o
Supernova, cuya calidad está bien recordar de vez en cuando.
En general el libro transmite una sensación agridulce. Por un lado
es agradable reencontrarse con obras con las que disfrutamos en su momento.
Pero, por otro resulta triste comprobar que gran parte de ese material
permanecerá fuera de la contemplación del lector actual,
que pierde así una parte importante de su herencia cultural. Tanto
en su faceta humorística como seria o de aventuras, o en sus traducciones
de tebeos ingleses o francobelgas, el legado Bruguera posee los suficientes
factores de interés como para que alguien se anime a recuperar
sus obras más relevantes. Los lectores, sin duda, lo agradecerían.
Florentino Flórez
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