Orion
Walter Simonson
Planeta DeAgostini. Barcelona, 2006
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Walt ha vuelto
Es tradicional que, coincidiendo con el salón
del Cómic de Barcelona, toneladas de tebeos lleguen a nuestras
librerías, desestabilizando nuestros bolsillos. Este año
llama la atención un hecho: son más interesantes las reediciones
y las recuperaciones de comics que en su momento no se editaron por aquí,
que las novedades. Con esto no quiero indicar que todo lo actual sea mediocre,
sino que se están publicando grandísimos tebeos, auténticas
obras de referencia contra las que es difícil competir.
Entre las que ya conocíamos, al menos parcialmente, destaco Question,
con unos ácidos guiones de O'Neill y unos dibujos
patéticos que conviene olvidar. Una de las obras de referencia
de los ochenta. La verdad es que el tiempo ha sido un poco injusto, oscureciendo
la labor de varios americanos, cuyas virtudes superaban en más
de un caso a sus colegas ingleses. Aparte de la ya citada Question
y del trabajo de Truman, recordaría al primer
Byrne, que consiguió levantar el género
de superhéroes prácticamente solo y construyó espléndidas
historias. Y, por supuesto, Walt Simonson.
Ahora publican su serie Orion. No es tan buena, al menos este
primer tomo, como Thor, su obra de referencia. Pero nos da lo
mismo. Simonson es un creador tan innovador que, haga lo que haga, siempre
nos ofrece un gran entretenimiento. Nadie que desee entender la evolución
del medio puede eludir su trabajo. Pueden perfectamente ignorar a Morrison
y, si me apuran, incluso a Moore, pero no a Simonson. Su Thor
presenta por un lado unas formas revolucionarias, una inventiva desatada
en cada página y, por otro, unos contenidos con un maravilloso
equilibrio entre la épica, el drama y el humor. No se dejen engañar
por su aparente sencillez.
Sin llegar a esas cimas de calidad, su Orion supera con facilidad
a todo el Cuarto Mundo de Kirby, que recientemente hemos tenido
ocasión de sufrir. Más allá de la creación
de mundos y personajes, la verdad es que poco es lo que nos ofrece el
rey. Simonson, con un dibujo tan cutre como el de Kirby, al retomar sus
personajes consigue superarle en narrativa y habilidad comunicativa.
Florentino Flórez
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