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Para todos los públicos
Recientemente fallecían dos autores de comics,
representantes cada uno en su estilo de sus respectivas escuelas. Si Alex
Toth era uno de los últimos grandes maestros americanos
del comic de aventuras y la simplificación radical en blanco y
negro, Roba se codeaba con gigantes como Franquin,
a quien ayudó en la confección de algunos de sus álbumes
de Spirou, además de crear otros muchos personajes infantiles.
El pasado 14 junio Jean Roba moría en Bruselas,
la ciudad que le vió nacer en 1930. En 1959 había publicado
el primer álbum de "Boule et Bill", personajes que en
España conocimos como "Quique y Lucio". Estaban inspirados
en su propio hijo y su perro cocker y han sido traducidos a catorce idiomas.
Entre sus obras publicadas en español figuran "Cuarenta gags
de Quique y Lucio", "La pandilla compra un terreno", "La
pandilla en Escocia" y "Spirou y los hombres burbuja".
El autor practicaba ese tipo de historieta para niños que, sin
embargo, pueden también leer los adultos, por su humor y siempre
efectiva narrativa. Pertenece al gran momento del así llamado comic
franco-belga, que cada día nos parece más belga y menos
de lo otro. Con perdón de Asterix.
En cuanto a Toth, en España hemos accedido de
manera accidentada a su labor, pero no se le puede considerar un desconocido.
Su influencia ha sido reconocida por una larga lista de autores, con nombres
como Chaykin, Mazzuchelli, Bernet o Milazzzo,
entre otros. A todos ellos Toth dio clases de elegancia y sofisticación.
Su estiloso blanco y negro sigue constituyéndose en una referencia
obligada para todo aprendiz que quiera descifrar los secretos de la mancha
y importancia en la página. En el terreno del lenguaje visual quizás
su aportación es más discutible, con un gusto por los primeros
planos y la fragmentación que le llevan con frecuencia al abuso
de páginas opresivas en las que el lector se ve obligado a identificar
los escuetos dibujos entre las profundas marañas de texto. Aunque
es de justicia añadir que todo en su dibujo era bonito, incluyendo
aquí las onomatopeyas y su lettering.
Alex Toth había nacido en 1928 en New York y murió el pasado
26 de mayo. Entre su nutrida producción destacan sus aportaciones
a los tebeos de la E.C., su serie Bravo por la aventura y, sobre
todo, sus relatos cortos de terror para Warren, que aquí nos llegaron
a través de revistas como Dossier Negro, Vampus y Rufus. Ahora
se reedita en los U.S.A. gran parte de su trabajo así que no es
difícil suponer que nos irá llegando todo ese material.
Además, recientemente, se habían traducido sus episodios
para el Zorro. Toth fue mucho más que un historietista,
fue un auténtico maestro del dibujo cuya labor no nos cansamos
de admirar.
Florentino Flórez
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